Diferencia entre una escorts
Las escorts son legales
Cualquier adulto tiene derecho a que se le pague por su tiempo, ya sea un electricista o una escorts Alicante profesional. Si quieres pagar a una joven hermosa para que vaya a una fiesta, a un carnaval o se siente sola en tu dormitorio, puedes hacerlo y ellos pueden aceptar tu dinero.
Esto significa que arreglar una cita con un acompañante es legal, pasar la noche juntos es legal en público o en privado, y dar propina también es completamente legal. Incluso dar dinero a alguien con cargos por solicitud previa es legal siempre y cuando el dinero no sea explícitamente para sexo.
Dormir juntos es legal
Dos adultos que consienten en su sano juicio en casi cualquier circunstancia están legalmente autorizados a tener relaciones sexuales siempre y cuando no sea en público. Si conociste a un extraño en un bar, le compraste tragos, y la noche terminó en tu casa o en la de ellos, eso es legal.
Contratar un acompañante, pasarlo bien, y luego dormir juntos de forma consensuada después de la cita también es legal. De hecho, es incluso legal si pagas a alguien por su tiempo después de que te haya dicho que a menudo tienen sexo en la primera cita.
Las cosas fetichistas son legales
Mientras no se expongan o toquen las partes privadas de nadie, puedes incluso pagar legalmente a un acompañante para satisfacer los deseos fetiches. Puedes ir a fiestas de disfraces fetichistas, pedirles que te den nalgadas o que te azoten, y así sucesivamente. Ser pervertido no es ilegal o los 90 habrían sido una sólida pared de arrestos.
Lo que no es legal
Así que puedes pagar un acompañante (o masajista) por su tiempo, puedes pasar la noche con ellos de la manera que quieras, y se les permite dormir contigo de manera consensuada si les apetece durante el tiempo que pasen juntos. Lo que no es legal es acordar pagar una cierta cantidad de dinero específicamente para actos sexuales y favores.
Una oferta y aceptación de sexo por dinero es ilegal. Es importante entender que el coito no se requiere para un cargo de prostitución o solicitación. Pagar por sexo oral, masturbación, e incluso abrazos desnudos, todo cuenta a los ojos de la ley como pagar por “favores sexuales”. De hecho, incluso aceptar hacerlo es un crimen.